¿Sabes esos momentos en los que no tienes nada en qué pensar y se te vienen a la cabeza cosas que realmente no existen?¿Esos momentos que pueden incluso cambiar tu vida?¿Esos momentos en los que te das cuenta que te falta alguien o algo?
Todos tenemos momentos en los que no desearíamos estar donde estamos o querríamos que nada fuera como realmente es, pero la mayoría de las veces no podemos cambiarlo, simplemente aceptar lo que nos ha tocado vivir.
De nada vale llorar por sentirse solo, recordar a esa persona que no volverá o darnos cuenta de que aquel error que cometimos ya no tiene ningún remedio.
Hay lágrimas que nos pueden servir para desahogarnos, pero otras simplemente nos martirizan, nos hunden y nos hacen más frágiles de lo que realmente somos, impidiéndonos ver la realidad tal y como es.
¿Y cómo es la realidad?Pues fácil, la lucha del día a día, afrontar el pasado y vivir con la fuerza que nos ha dejado esos momentos tan duros, no es fácil, lo sé,y nadie dijo que lo fuera,solo se dijo que valdrá la pena intentarlo.
De las grandes derrotas nacen las grandes personas, ésas que llegan donde quieren y que luchan hasta que lo consiguen,¿y tú, te quedas ahí sentado o te enfrentas a la realidad?
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