martes, 10 de junio de 2014

LA EMPLEABILIDAD

¡HOLA A TODOS!

La capacidad de una persona de acceder a un puesto de trabajo, mantenerse en él y reubicarse en otro caso de pérdida del primero. Una persona “empleable” posee los requisitos en términos de experiencia profesional demandados, tiene los conocimientos que demandan los empleadores para su perfil y es capaz de transmitir adecuadamente un mensaje al mercado.

Sin embargo la cuestión reside en determinar este “valor de mercado”. Valor que, si cabe, resulta más relevante en un momento como el actual en el que una titulación o cualificación no aseguran por si mismos ningún valor si no somos capaces de aportar valores diferenciales respecto a los otros candidatos que pueden optar al mismo puesto. La formación, la titulación es relevante, probablemente, en el entorno de la administración pública pero no lo es ni aportan por sí mismas valores diferenciales entre diferentes candidatos a una posición profesional determinada. En este momento es necesario disponer, (aparte de conocimientos y cualificaciones técnicas), de una serie de características o competencias, que al mismo tiempo que permitan modular la forma en que se desarrolla el trabajo, permitan al individuo integrarse adecuadamente en una organización.

En un momento de gran competencia en el mercado de trabajo  las organizaciones que siguen contratando intentan identificar los estilos personales de cada candidato, su forma de relacionarse en los contextos formales e informales, de gestionar conflictos, de reaccionar ante el estres, etc. Estos aspectos competenciales y motivacionales, sumados a los factores que dependen estrictamente del mercado laboral (equilibro entre oferta y demanda) y de las corrientes sociales (genero, edad, diversidad, etc) hacen que la empleabilidad dependa tanto de factores que un profesional puede controlar como otros de carácter ajeno y en los que resulta muchas veces imposible de incidir. Este tipo de criterios resultan aplicables para todos los niveles de competencia, formación, e inclusive, aunque pueda sorprendernos, a los puestos de trabajo de menor cualificación.

El concepto de empleabilidad se encuentra ligado, por último, a la visión que cada uno de nosotros tenemos sobre nuestra trayectoria profesional. Por ello para el desarrollo de nuestra propia empleabilidad es necesario ligar nuestras opciones profesionales futuras, con la demanda de los empleadores y el contexto en las que estas se producen.



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